Cartagena de Indias, 14 de octubre de 2023.- Sin ser candidatas, dos mujeres han destacado en la actual campaña electoral por su liderazgo y entusiasmo.
Sus agendas están a tope y, a veces, hasta les piden que sean ellas las que hagan presencia en los actos de campaña.
Caminan con las comunidades, saludan, abrazan, echan discursos, pero sobre todo escuchan mucho, pues las personas las tornan en confidentes de las necesidades colectivas: faltan profesores, hay que mejorar las vías, necesitamos fuentes de empleo, mejoramientos de vivienda, optimizaciones de servicios públicos…
En fin. Sin ser candidatas se comportan como candidatas.
Se trata de Liliana Majana, esposa del candidato a la Alcaldía de Cartagena, Dumek Turbay, y Angélica Salas, cónyuge del candidato a la Gobernación, Yamil Arana.
Liliana Majana tiene experiencia y ya mostró su don de gentes en la Gobernación de Bolívar, donde se le vio siempre cercana a las comunidades, pero no se le había visto tan acentuadamente como «candidata» como sucede en esta campaña. Se le ve muy segura y cálida, y cuenta con un argumento silencioso que convence a cualquiera: su espléndida sonrisa.
Angélica Salas sorprendió hasta a su propio esposo con la disposición innata para la política. Se habían conocido como estudiantes en la Universidad Tecnológica, luego volvieron a verse cuando ya Yamil era el más joven representante a la Cámara por Bolívar y ella era la directora de Camacol Bolívar… el amor floreció y hoy son un joven matrimonio.
Sin experiencia alguna en asuntos de campaña, parece que Angie hubiera estado toda su vida entre reuniones, concentraciones, caminatas, tarimas…
Tiene la virtud de conectar de inmediato con la gente, una «química» que brota espontáneamente, y una energía inagotable y contagiante.
Son esposas en campaña y están listas para encarar las dos semanas que faltan para el día de las elecciones.
Si Dumek y Yamil salen victoriosos, tendrán la responsabilidad de cumplirle a la gente con el programa de gobierno, pero Lili y Angie tendrán un compromiso intangible: ser el corazón que palpita en los respectivos gobiernos.