Por John Zamora (Director de Revista Zetta).- Ha tomado forma el gabinete del alcalde electo Dumek Turbay: mucho de cívico y técnico, poco político.
Como es usual, el equipo despierta optimismo y recibe el abrazo de una ciudadanía deseosa de sus aciertos.
No se puede decir que en tal o cual cargo está un enviado del congresista Fulano o del concejal Mengano, sino que en general corresponden al interés del alcalde Dumek de hacer un equipo que entienda que, de verdad verdad, hay que reconstruir a Cartagena.
De las muchas lecciones dolorosamente aprendidas en este oscuro cuatrienio, está claro que la ciudad no resiste tanta mediocridad junta y al unísono. Será difícil saber dónde nos fue peor si en Interior, Educación, Turismo, Vivienda, Datt, Dadis, Transcaribe, EPA… en fin.
Resultará imperdonable que alcalde y su nuevo equipo se amparen en la excusa de la “primiparada” (como lo hizo Dau) para justificar cualquier torpeza con impregnación penal, disciplinaria y fiscal, como las cometidas hace cuatro años, y que orondamente quedaron dormidas en las hamacas de los organismos de control, esos que tanto fustigó el bufonesco neomalandrín y que se llenaron de tembleque para reprenderlo.
Así sea el primer cargo público, así vengan con una hoja de vida impecable, así lleguen con el genuino deseo de servir, tienen que llegar sabiendo. Aquí no podemos volver a improvisar ni se puede aceptar la improvisación. Mucho menos haciendo parte del equipo de un “gallo jugado”, que ya fue gobernador de Bolívar, y que sabe del asunto público.
En general se esperaba un gabinete en la categoría “peso pesado”, pero más parece welter junior, la de Pambelé, sea porque algunas personas no aceptaron el llamado del alcalde, sea porque los que dijeron sí tienen un perfil más inclinado hacia el sector privado. No importa. Ya están en la “foto”, tienen que responderle a la ciudad y subir de categoría en el “ring”.
Y no es que el gabinete sea una dulce melodía exenta de ruidos. Despierta cierta inquietud Camilo Rey en Planeación, por provenir de una escuela experta en criticarlo todo pero inepta al ejecutar, o Alejandra Espinosa en Educación, por la cercanía con el sector que estuvo allí estos cuatro años y la dejó desplomarse.
Aun faltan algunos cargos por conocer, y el alcalde Dumek seguramente terminará de conformar un equipo equilibrado, como lo exige nuestra realidad. Ni muy técnico, ni muy cívico, algo político, y lo que no tenga de teórico lo compense de pragmático, y viceversa, según el área a proveer.
Dumek sabe que comienza en “luna de miel” con la ciudad, que esos 160 mi votos son un gran mensaje de confianza y que la gente le cree. Ello no significa que tenga un cheque en blanco, ni que pueda equivocarse en el equipo que él, sólo él, ha designado. Pero está claro que no estamos para improvisaciones, y que si alguien en en las primeras horas no funciona, es mejor sustituirle de inmediato. Para eso estará atenta la ciudadanía en general, y los medios de comunicación en particular. El examen será diario. ¡No estamos para primiparadas!