Caribe fallido – Opinión de José Villamil

Por José Villamil Quiroz (Especial para Revista Zetta).- Cartagena de Indias, 16 de enero de 2024.- En el próximo informe relativo a las ciudades más peligrosas del planeta estarán emplazadas las principales ciudades del Caribe colombiano. Este informe será el estudio más actualizado de carácter orbital del cual se tenga conocimiento en relación con las urbes más violentas del mundo, el cual tendrán a su disposición en el ecosistema mediático en el mes de febrero

La propedéutica situacional de la criminalidad de estas ciudades arroja indicadores desgarradores de una realidad histórica advertida y descuidada. Es un fenómeno intemporal con variados justificantes hacia el espejismo. Como decía la sabiduría natural de Diomedes Díaz, la masa no está para bollos. No es el momento de maquillajes y de varita mágica eclipsadora para vivir el momento. 

Cartagena, Santa Marta y Barranquilla estarán latentes en ese deshonroso ranking, producto del incremento desmedido en términos absolutos de asesinatos y de tasas de homicidios por cada cien mil habitantes. Cartagena es la ciudad más violenta del Caribe y una de las más peligrosas del planeta en términos de tasas de homicidios por cada cien mil habitantes. Santa Marta es la segunda ciudad más peligrosa de la costa atlántica en términos de tasas de homicidios y una de las violentas del mundo. Barranquilla es la tercera más violenta del Caribe en términos de tasas de homicidios y también la primera en términos absolutos de homicidios en la última década.

Lejos de las explicaciones minimalistas relativas a la justificación del flagelo en torno a ciudades costeras y turísticas, resalta una ciudad intermedia como Sincelejo, distante de las anteriores caracterizaciones, la cual arroja indicadores espeluznantes. En efecto, esta ciudad supera en términos de tasas de homicidios a las tres principales ciudades caribeñas. Si en esta ocasión, el estudio mencionado decide incluir a la capital de Sucre, esta se encontrará ubicada dentro de las treinta ciudades más violentas del mundo y por supuesto de las urbes con mayor índice de criminalidad homicida del planeta.

En palabras de la BBC (2023), es la expresión de un Estado (local) fallido, correlacionado con la conceptualización de ciudad fallida, el cual advierte conglomerados urbanos en el cual el gobierno y los demás actores estratégicos de la sociedad han perdido el control y su capacidad de gestión de las problemáticas, dejando de ser un lugar de oportunidades para convertirse en un escenario de patologías urbanas. Se trata de un deterioro gradual que acusan los sistemas urbanos, el cual se patentiza en primera instancia con la pérdida del control del territorio, expresado en altos indicadores de criminalidad homicida, delitos comunes y percepción de inseguridad.

Solo puedo poner a recapacitar a los actores estratégicos sobre una situación insultante y desbordada. No puedo hacer más.