Análisis de Revista Zetta.- Cartagena de Indias, 1 de noviembre de 2024.- El liberalismo prefirió mantener en el mando a un veterano desgastado que sucumbir al riesgo de quedar como apéndice del gobierno, y la Convención del Partido Liberal reunida en Cartagena de Indias reeligió a César Gaviria.
La hipótesis engañosa de “democratizar” el partido era la rendija por donde el petrismo quería colarse para poner a la colectividad al servicio del actual presidente, cabeza de un gobierno pletórico en corrupción y derroche.
Varios gritos se escucharon en el Centro de Convenciones “Cartagena de Indias”: el único unísono era “¡Fuera Petro!
En las demás proclamas había división, entre aplausos y rechiflas: “¡Fuera Gaviria” o “¡Gaviria se queda!”. Finalmente, Gaviria fue reelegido con 582 votos de los casi 1.000 delegados que hicieron presencia en la convención.
El exministro del Interior del Petro, Luis Fernando Velasco, también salpicado por denuncias de corrupción, era el agente petrista pero solo tuvo 11 votos, lo que evidencia el rechazo de la colectividad que se expresó durante toda la convención. El senador Alejandro Chacón obtuvo 128 en su aspiración de una dirección colegiada y en su candidatura única tuvo 24 votos.
La mayoría liberal prefirió ser comprensiva con los errores, pifias o malquerencias que se le atribuyen a Gaviria, y a pesar de su desgaste, anacronismo y senilidad, el liberalismo prefirió un conductor veterano y de inagotable agilidad política para encarar las elecciones del 2026, donde el liberalismo deberá mantener o incrementar su presencia en Senado y Cámara, y a la vez incidir con determinación en la carrera presidencial.