Por Eduardo Pertuz (Especial para Revista Zetta).- Mompox, 13 de noviembre de 2024.- Mompox, ciudad de leyendas, historias y tradiciones, es un verdadero tesoro cultural y natural. Su oferta hotelera y gastronómica, tanto local como gourmet, satisfacen todos los gustos. Pero Mompox es más que eso. Es un crisol de arte, anécdotas, folclor musical y paisajes. Historias donde el Diablo y Dios se correteaban en las calles para ver quien atrapaba más feligreses.
Disfruta del turismo ecológico, cafés acogedores, vinos selectos y comida que deleita cualquier paladar. Sus iglesias y monumentos históricos, talleres de filigrana y calles coloniales, recuerdan a Cartagena de Indias en versión pueblo. La gente es bella y amable, y se respira tranquilidad.
Aunque no hay mar, tienen el brazo Mompox del río Magdalena, un hermoso oasis que alberga vida con su flora y fauna exuberante. Es una gran región de bastos humedales.
Un lugar imperdible es el Pozo de La Noria, que muchos momposinos desconocen. No está en las rutas turísticas, pero vale la pena descubrirlo.
Antes de visitar, investiga y prepárate para disfrutar al máximo esta apacible urbe. Mompox es una ciudad que siempre tiene algo nuevo que ofrecer, y que te hace querer regresar una y otra vez.
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