Real Cartagena está obligado a ganar para suspirar con el ascenso – Opinión de Ricardo Bello

Por José Ricardo Bello Espinosa (Director Revista Córner – Especial para Revista Zetta).- Palmira, 23 de noviembre de 2024.- Arribando a la sexta fecha de los cuadrangulares finales, Real Cartagena buscará mantener la posibilidad de clasificar ante Orsomarso F.C. La tabla de posiciones muestra una igualdad con nueve puntos junto a Llaneros F.C. En la última jornada, Real estará obligado a ganar a Orsomarso los tres puntos y esperar que Llaneros empate o pierda ante Quindío para pasar a la final del Torneo BetPlay en el segundo semestre y tener la posibilidad de ir a la final para pelear el ascenso a la primera división del fútbol colombiano.

La reclasificación, que es la suma de todos los puntos en el año, puede mantenerlo con vida, siempre y cuando triunfe y le permita aguardar a ver qué pasa en la final para definir por repechaje.

En esta última fecha, Real tendrá la imperiosa necesidad de romper la sequía de triunfos como visitante, algo que ha costado demasiado en la etapa de Sebastián Viera como director técnico. A esta altura, se añoran los puntos que se escaparon en el Eje Cafetero, los cuales, de haberse conseguido, tendrían al equipo heroico con la posibilidad de clasificar directamente. Sin embargo, no es momento de lamentaciones, sino de alimentar esperanzas y fe para conseguir el objetivo de clasificar.

Parece incomprensible que, con todos los ingredientes a la mano, no se haya encontrado la receta para ganar sólidamente. El esfuerzo realizado por las autoridades distritales y departamentales para oxigenar los propósitos de los directivos del Real Cartagena es evidente. Desafortunadamente, el fútbol, en situaciones decisivas, no da margen de error al momento de conseguir objetivos concretos.

En el último partido ante Llaneros, el cuerpo técnico por fin complació a la afición. Se vio en el terreno a “Pitillo” Salcedo junto a Teófilo Gutiérrez y Cristian Marrugo, lo que generó una actitud más agresiva, sobre todo en el segundo tiempo, cuando ingresó Jairo Ditta. El equipo demostró que puede superar a rivales consistentes como Llaneros, un equipo muy bien trabajado. Gracias a un gol de Miguel Murillo, logró mantener viva la esperanza de la clasificación.

Para Sebastián Viera, esta primera experiencia en finales debe ser muy enriquecedora en lo personal. La manera de leer los compromisos lo llevará, día a día, al crecimiento en esta nueva etapa. No se siente igual estar en el banco que en el campo, pero Real mostró garra para superar a su rival de turno. Esperemos que en la última fecha sus decisiones técnicas, respetables desde luego, surtan efecto para tratar de superar ese estigma del equipo heroico de no enfrentar ninguna final en los últimos doce años.

Es hora de que aparezca el talento de Mateo Castillo, la cuota goleadora de Salcedo y “Pitillo”, y el trabajo colectivo del equipo dirigido por el técnico Sebastián Viera para alimentar los sueños realistas.

La hora de balances y conclusiones vendrá después de los 90 minutos ante Orsomarso en Palmira. Serán los 90 minutos más cruciales en este 2024, pues estará en juego toda una dedicación, inversión y esperanza de todos los actores que rodean al equipo cartagenero. En una época donde se han utilizado todas las fórmulas, aún no aparece la resultante ni el antídoto para acabar con esta pesadilla que parece no tener fin.

Es ganar o ganar, no queda otra. No se gana nada señalando culpables, pero tampoco hay que dejarle todo a la suerte. Siempre se habló de ganar el torneo para obtener el punto invisible, algo que no se consiguió. Ojalá en este partido Montes y la defensa del Real estén a la altura del reto, algo que no ha pasado en los dos partidos anteriores, y que el ímpetu ofensivo se cristalice.

El rival, con el que se tiene un saldo en rojo, ya complicó situaciones como la definición del grupo en el torneo anterior y el más reciente partido, donde se escapó el punto invisible. Los grandes equipos superan retos, y esto debe ser la gran motivación para este grupo que espera complacer a una afición ávida de triunfos.

Voluntad y apoyo no han faltado. Aunque esto aún no termina, queda claro que en estas situaciones la fe es importante, pero con el corazón no se pueden resolver los problemas, sino con resultados que se logren trabajando continuamente y afinando detalles que lleven al triunfo, combinando juventud, talento, suficiencia y experiencia para tener la jerarquía necesaria para ganar torneos.

No podemos llorar por lo que no se logró. Esperemos el atardecer. Amanecerá y veremos, dijo el ciego. Esta vez será atardecerá y veremos si Real Cartagena está listo para volver a brillar y tener la posibilidad de regresar a la A.