Radiografía apical del Sistema de Salud en Colombia

Por Carlos Féliz Monsalve.- Especial para Revista Zetta.- Mucho se ha hablado de los problemas que presenta el Sector Salud en Colombia, dicho de paso se han sobrediagnosticado las falencias de la estructura del Sistema de Seguridad Social durante todo su desarrollo a partir de la puesta en marcha de la ley 100 en Diciembre de 1993.

Entre los múltiples problemas que afronta la salud de los colombianos reconocemos que van en sintonía con el flujo inadecuado de recursos, los intereses (mezquinos muchas veces) entre prestadores y aseguradores, la baja capacidad administrativa de prestadores públicos y privados, las deficiencias en bases de datos de población en el sistema, la excesiva reglamentación de procesos, procedimientos y protocolos, la falta de control del Estado como también en muchos casos situaciones de corrupción que desangran el mencionado sistema.

Quiero hablar específicamente de puntos importantes que son los que hoy demandan una reforma de salud que abarque integralmente la solución de todo lo mencionado, y puntualmente en temas como:

– Los sistemas de identificación y de afiliación de la población, que son la base del diseño de cualquier modelo, siguen en las deficiencias en lo que tiene que ver con el Régimen Subsidiado de Salud. A esto se suma un alto grado de evasión y elusión de los aportantes, agravado por las deficientes políticas de contratación laboral y de baja de salarios que disminuyen proporcionalmente el valor de la cotización.

– La presión constante por la demanda de mayor calidad de los servicios puede haber conducido al otorgamiento muchas veces de más importancia a la percepción, sentir, y capricho del usuario que a la calidad científica de la atención, la ausencia de guías de atención y de criterios poco técnicos de exigencia en la autorización para el funcionamiento y operación de clínicas, hospitales y prestadores en general.

– Excesiva existencia de especialidades médicas que en Colombia pasan ya a más de 160, mientras en países desarrollados no pasan de 100. Esto tiene que ver con el mismo sistema de educación que requiere una mayor regulación, entendiendo que se debe aprovechar más la capacidad de resolución de los problemas en el nivel de atención de baja complejidad.

– El régimen subsidiado ha demandado una participación no calculada dentro del sistema sin que se aporten los recursos necesarios para financiarlo, lo cual genera una presión que lleva al desequilibrio financiero. Además, el número de cotizantes en el régimen es bajo, comparado con la población ocupada.

– Se presiona constantemente de manera legal a la unificación de los servicios ofrecidos en el Pos en el régimen contributivo y subsidiado, lo cual social y políticamente es rentable, pero apartado de la realidad financiera. Si estas decisiones se toman, hay que asegurar los recursos para cubrirla.

– Para las EPS, hay un crecimiento desbordado de los servicios No Pos, que han desequilibrado las finanzas del sistema y paralelamente un costo creciente de los medicamentos, sobre todo los que se entregan por fuera de ese Plan Obligatorio.

– Los procedimientos y protocolos de control a la red pública de hospitales siguen siendo muy deficientes y existe una gran interferencia de muchos factores que no son técnicos.

Hay desequilibrio en la conformación de las redes de atención regionales y en el recurso científico. El déficit de los entes territoriales para financiar los servicios No Pos requiere una evaluación seria a nivel central del Gobierno, para evitar que se nos conviertan en bombas sociales.

-El criterio de libertad de precios en materia de medicamentos no puede seguir, hay que tomar acciones definitivas en lo cual se han venido dando pasos, pero también se debe hacer claridad sobre asuntos como relación con genéricos, importaciones, patentes y negociación general de precios con EPS e IPS.

– La ciencia y la tecnología médica avanzan en el mundo con mucha rapidez y generan unos grandes negocios. Su ingreso al país y su uso deben ser objeto de un análisis de efectividad y eficiencia. Esto también debe cubrir las llamadas enfermedades de alto costo o las enfermedades huérfanas.

– Se debe revisar el modelo de Contratación de EPS con prestadores a partir de metas y acciones que realmente sean alcanzadas, considerando el cumplimiento integral de estas obligaciones. Es claro que muchos prestadores ante sus deficiencias administrativas y científicas no cumplen con las metas útiles para impactar positivamente en la atención en salud de sus usuarios.

Hay que definir individualmente y específicamente la modalidad de contratación con estas instituciones, para que se aproveche los recursos del sistema al máximo y no se estén premiando a prestadores ineficientes que hacen mal uso de los mencionados recursos.

En la modalidad de contratación (capitada, por evento, por paquete, globalizada) también se lesiona enormemente la estructura financiera del sistema, cuando esta no es la indicada para cada situación específica.

Es así como he querido enunciar los principales problemas que agobian al sistema que lo tienen en un estado terminal sin tratamientos o políticas públicas paliativas que estabilicen; se avecina una muerte anunciada del sistema, donde se tendrá que rescatar lo poco o lo mucho que ha funcionado, y definitivamente se tendrá que optar por una reforma real y útil que permita dar a luz un sistema robusto que verdaderamente impacte en la atención en salud con verdaderos principios de oportunidad, accesibilidad, calidad, equidad, solidaridad y equilibrio financiero.

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CARLOS FELIZ MONSALVE

Diputado de Bolívar

*Especialista en Seguridad Social

*Especialista en Gerencia de Servicios de Salud.

*IV año de Derecho.