La candidatura de Manolo Duque no estaba en las cuentas de nadie, ni de él mismo, pero las encuestas demuestran que “marca” y que tiene todas las posibilidades de crecer.
Para Duque todo ha cambiado desde el viernes 6 de marzo pasado, cuando RCN le comunicó el cese de su relación contractual. Dejó de levantarse a las 3 de la mañana y comenzar su labor en el micrófono desde las 4 a.m., -lo que le implicaba estar en la almohada a las 8 de la noche- y ahora trasnocha caminando cada barrio en la recolección de las firmas que avalen su candidatura con el movimiento significativo de ciudadanos “Primero la Gente”.
Por haber dirigido por tres años el noticiero Popular de La Cariñosa de RCN y haberlo mantenido en arrolladora sintonía, es inevitable que lo comparen con Campo Elías Terán, quien también saltó de los micrófonos a la política y terminó siendo un fenómeno electoral.
Una señora de esos barrios lo reconoció por su voz y su “golpeado” típico cartagenero, y al abrazarlo le dijo: “Pero yo pensaba que eras alto y negro como Campo”…
La similitud circunstancial es evidente, pero también hay notorias diferencias, siendo la primera que Manolo nunca utilizó el noticiero para hacer política, como abiertamente lo hizo Terán Dix cuando se percató que la popularidad era su pasaporte para la Alcaldía.
Manolo llegó, hizo el noticiero de la mañana y, al terminar, le comunicaron la desvinculación. No estaba en sus cuentas la candidatura, sino seguir en el periodismo de servicio, visitando barrios para denunciar problemas y acercar soluciones.
Una vez fuera de RCN, fueron incontables las llamadas que recibió de felicitación por su trabajo, y también muchas las voces que le alentaban a aceptar una candidatura a la Alcaldía.
Los primeros retos de su candidatura
En estos dos meses la candidatura de Manolo se ha instalado en el abanico de probables sucesores de Dionisio Vélez, y por varios factores:
Su nombre es popular, casi toda Cartagena le conoce; ninguno de los otros aspirantes a la Alcaldía tiene una ventaja clara y hay un alto margen de maniobra para una candidatura alternativa y exitosa; los cuatro años en el noticiero Popular le permitieron conocer cada rincón de la ciudad, con sus problemas; hablar con la gente; dialogar con los dirigentes; es decir, el micrófono le permitió conocer la ciudad desde una perspectiva privilegiada.
El primer reto fue decidir si buscaba el aval de un partido o buscaba el respaldo de firmas, y se decidió por segunda variante. Ante la Registraduría se inscribió el comité “Primero la Gente”.
Casi en simultánea surgió el segundo reto: presentar su candidatura en plaza pública y logró que un jueves y a las cinco de la tarde lo acompañaran más de tres mil personas en el centro recreacional Napoleón Perea.
Desde allí no ha detenido su paso ni un segundo, hablando con la gente, escuchando mucho, y presentando sus ideas para la Alcaldía.
Plataforma Programática
Una de las críticas que se le formulan es que no es propiamente un egresado de Harvard ni tiene trayectoria en el sector público.
Manolo responde con su título de la prestigiosa Universidad Externado de Colombia, de donde egresó como comunicador social-periodista, y con sus largos años de trabajo consagrado al periodismo deportivo y social, y su labor de empresario de la compañía productora del noticiero Noticias Telecaribe desde hace más de 12 años.
“La receptividad de la gente frente a mi aspiración a la Alcaldía ha sido muy buena, no me esperaba este apoyo del pueblo cartagenero, el trabajo que vengo realizando tiene como base el liderazgo y la participación ciudadana, por eso mi lema y consigna es ‘Primero la Gente’”, aseguró Manolo Duque.
La Plataforma Programática del Movimiento Ciudadano «Primero la Gente», que avala a Manolo Duque para la Alcaldía de Cartagena, se soporta en cinco grandes ejes:
1.La Gente 2.El Gobierno 3. La Economía 4. El Territorio 5. Cultura ciudadana.
El concepto transversal que define esta propuesta es el Desarrollo Humano, teniendo como elementos fundamentales las oportunidades, las capacidades, las libertades, el trabajo decente y la felicidad de la gente.
“Quiero que los cartageneros tengan una vida digna y mejor calidad de vida”, sostiene y agrega que “el arte, la cultura, el deporte y la recreación son la mejor oportunidad para la inclusión, por eso yo digo: ¡Primero la Gente!”
Lo que viene ahora
En las formalidades le queda presentar a la Registraduría el número suficiente de firmas válidas para avalar su candidatura y, después, inscribirse formalmente como candidato.
Pero el verdadero reto está en construir una candidatura creciente y ganadora. Sabe que no es fácil y que deberá redoblar esfuerzos, pero cree que la clave está en la aceptación de la gente. En otras palabras, se pueden tener todos los títulos universitarios, o toda la trayectoria en el sector público, o todo el músculo financiero, o todas las amistades poderosas en el mundo, pero eso de nada vale si no se tiene el respaldo de la gente y allí es donde ve fuerte su candidatura, en el reconocimiento popular.
Junto a ello está su formación y su trabajo con la realidad del cartagenero de barrio, que le permite tener una percepción real y certera de la realidad. “Yo sé lo que es que se te vaya el agua, o que te la corten por no pagar”, dice.
((( Recuadro )))
Gracias al “Padrino” conocemos a “Manolo”
“Eso no pega”. Tres palabras y un argumento fulminante para decirle a Manuel Vicente que desde ese momento y mientras estuviera en Caracol, se llamaría “Manolo”.
Así fue como Alberto Piedrahita Pacheco “el Padrino” bautizó para siembre al conocido periodista Manolo Duque, quien hoy aspira a la Alcaldía de Cartagena.
Finalizaban los años 80 y Manuel Vicente Duque Vásquez concluía sus estudios de Comunicación Social en la Universidad Externado de Colombia. Tenía su vocación bien definida en el área de los deportes y, como en Bogotá pocos conocían de béisbol y boxeo, resultó un practicante muy aventajado en el programa “La barra de las 13” que conducía el Padrino.
Como periodistas de planta le acompañaban William Velandia y Pedro González (hoy famosamente conocido como Don Jediondo), y como practicantes estaban Eduar Acero y Gabriel de las Casas, hoy connotados comunicadores de la cadena Caracol en Bogotá.
Mientras los amigos de infancia y del colegio Salesiano se quedaron llamándole “Mañe”, desde que el Padrino lo rebautizó todos lo conocen como Manolo Duque. Fueron gratísimos recuerdos y una época imborrable la que vivió con el gran maestro de la radio colombiana, quien falleció a principios de este año Bogotá, a los 83 años, tras afrontar quebrantos de salud.
Es evidente lo mucho que aprendió Manolo Duque de Alberto Piedrahita Pacheco, pues estuvo con un grande del periodismo deportivo en el momento de mayor esplendor de su carrera.
((( Recuadro )))
El hombre de Blas de Lezo
Manolo proviene una familia trabajadora de clase media y siempre ha residido en el barrio de sus amores: Blas de Lezo. Su padre Manuel Vicente Duque Parada llegó a Cartagena para enrolarse en la Armada como suboficial, y aquí conoció a su madre, Yolanda Vásquez Cantillo, una getsemanicense que lo encandiló. Fruto de la unión nacieron Margarita, quien es enfermera y reside en Bogotá, y Manuel Vicente de Jesús. Desde muy niño llegó a ese hogar su primo José Julián Vásquez, quien es abogado y es uno de los más connotados expertos en contratación pública. Los tres fueron criados con las limitaciones del ingreso familiar, y recibieron la educación y el ejemplo para ser ciudadanos de bien.
Manolo está casado con Viviana Sánchez Blanco, con quien tiene dos hijos: Sebastián, quien actualmente también estudia periodismo en Bogotá, y Manolo, de 13 años.
Se graduó como bachiller en el colegio salesiano San Pedro Claver y luego estudió Comunicación Social Periodismo en la Universidad Externado de Colombia. Ha trabajado en Caracol, RCN, Telecaribe y en su experiencia tiene el cubrimiento de importantes eventos como el título de la Serie Mundial de Béisbol 2004 de los Medias Rojas de Boston cuando Orlando Cabrera era el paracortos de esa novena; Mundiales de Fútbol, peleas de título mundial de boxeo, torneos orbitales de patinaje, entre muchos otros, que le permitieron viajar por el mundo y tener una visión cosmopolita para aplicar en Cartagena.