Por Miguel Raad Hernández (Agosto 13 de 2015).- (Especial para Revista Zetta).- El DANE y el Ministerio de Agricultura dieron a conocer el martes pasado los resultados del nuevo censo nacional agropecuario. Este es apenas el tercero que se realiza en Colombia después de 45 años de. Realizado el segundo en 1970. Que apenas sean tres censos agropecuarios en toda nuestra historia, es consecuencia de la poca importancia que en Colombia hemos dado al campo colombiano y, esto mismo, es causa y efecto de la violencia que lo ha afectado por tantos años.
No sabemos con certeza si los encuestadores del DANE pudieron cubrir cabalmente todo el territorio rural, a pesar que técnicamente se informa de una cobertura de casi el 999%; tampoco sabemos si los campesinos respondieron sinceramente a todas las preguntas de la encuesta, aprehensivos como son muchos de ellos por todo los que les ha pasado. No hay que olvidar que se ha hecho el censo en medio del conflicto armado. Sin embargo, el esfuerzo realizado es valioso y ahora éste y los gobiernos que sigan, podrán diseñar políticas públicas asertivas y pertinentes para mejorar las condiciones de vida de la Colombia campesina. Ya no hay excusas para implantar programas, proyectos, incentivos, acompañamientos etc., para aumentar la productividad y competitividad del sector agropecuario.
El censo cubrió 32 Departamentos y 1101 municipios, incluyendo el archipiélago de San Andrés y Providencia, abarcando el 98.9% del territorio. Las primeras cifras conocidas dan cuenta que el 50.6% del área visitada son bosques naturales, lo que es una noticia mejor de lo que imaginábamos; 40.6% de las tierras tiene uso agropecuario; 7.2% otros usos y 1.5 % son asentamientos más o menos urbanizados. Otros datos dan cuenta de la concentración de la tierra en pocos propietarios, como que el 0.5% de la población posee el 46% de ella; y lo que más escandaliza es una enorme y vergonzosa pobreza multidimensional del 44.7% , que es más del doble de la existente en las zonas urbanas.
En los próximos días tendremos ocasión de mirar más información, especialmente aquella que se refiere a Bolívar, Cartagena y el resto de Departamentos y ciudades de la Costa Atlántica, donde toda la dirigencia debe aplicarse a conocer y estudiar el censo para ser propositivos y pro activos ante el Gobierno Nacional, de modo que en el diseño de las políticas y en la asignación de recursos no dejen por fuera a nuestros campesinos y demás actores del sector agropecuario. Si nos avispamos de seguro veremos progreso y mejor calidad de vida en nuestros pueblos y evitaremos la perjudicial migración a las ciudades. Es un imperativo para resarcir a quienes llevan, como dijo Gabito, «cien años de soledad esperando una segunda oportunidad sobre la tierra».