¡No nos insulten, los periodistas podemos!

Editorial de John Zamora – (Edición impresa Nº 156).- Se ha querido descalificar a Manuel Vicente Duque como candidato a la Alcaldía por supuestamente no estar preparado y exhibir un solo diploma profesional: el de Comunicador Social – Periodista.

También se le ha querido descalificar por pasar los últimos 25 años haciendo periodismo deportivo y social, lo que –supuestamente- le imposibilita entender la cosa pública.

“A un periodista le queda grande la Alcaldía, va a improvisar, no sabe de eso”, le he escuchado decir a muchas personas. “Vean lo que pasó con Campo, va a ser lo mismo”, dicen otros.

Tales descalificaciones son perversas, equivocadas, injustas e insultantes.

Semejante falta de respeto la siento personalmente, al igual que todos mis colegas, porque es irracional creer que un título expedido por la prestigiosa y exigente Universidad Externado de Colombia poco vale, o que pesa más el título de médico, abogado, ingeniero, odontólogo, economista o administrador.

Recuerdo que fue mucho lo que estudiamos y nos sacrificamos para estudiar allá, junto con Carlos Arturo Escobar o el maestro José Villamil, como para aceptar semejante ninguneo sin protestar.

Se olvida que el ejercicio del periodismo deportivo permite conocer al ser humano en su dimensión de disciplina, competencia, error, fracaso, victoria, es decir, en miles de matices humanos.

Prescinden pensar que el ejercicio del periodismo social permite conocer las necesidades, expectativas, problemas, soluciones, situaciones del conglomerado ciudadano como ninguna otra profesión. En Cartagena son contadísimos los periodistas que han ejercicio el periodismo social con la envergadura, sintonía y resultados con que lo hizo Manuel Vicente Duque.

Por conocer al ser humano y por conocer la sociedad cartagenera, su realidad social, como ninguna otra persona, Manolo tiene las condiciones suficientes para optar a la Alcaldía de Cartagena. Hemos visto casos de personas tituladas, especializadas y acumuladoras de diplomadas que han tenido gobiernos discretos, pues destilan academia pero son famélicos del sentido social, y se olvidan que el Estado –Alcaldía- es para gente. Lech Walesa era un soldador sindicalista y resultó un presidente histórico para Polonia. No estudió en Harvard pero tenía claro para qué servía el Estado: primero la gente.

Buena parte de lo que es la sociedad moderna se debe a los medios de comunicación, y somos los periodistas los que los conducimos. El que puede lo más puede lo menos, y si podemos conducir a una sociedad, con mayor razón estamos capacitados para asumir responsabilidades públicas estatales.

A la hora de buscarle defectos a una persona de seguro se le encuentran, y si se los buscamos a Manolo Duque hallaremos muchos, pero nunca el de no estar preparado. ¡No nos insulten, los periodistas podemos!