Por Álvaro Royo Bárcenas (Especial para Revista Zetta). (Xiamen – China).- 17 de octubre de 2022.- A veces la disuasión es mejor que la represión. El solo hecho de que un delincuente sepa que hay alguien arriba mirándole, hace que lo piense dos veces antes de cometer un delito. Dicen que la gente se porta mejor cuando sabe que la están observando, y esto es lo que hacen los globos aerostáticos de vigilancia para seguridad en las ciudades.
No son pocas las urbes que han implementado estos sistemas por su rápida instalación, su bajo costo, autonomía y eficacia, ya que cubren muchos kilómetros a la redonda y tienen cobertura de 360 grados. Pueden hacer acercamientos que parecen de ciencia ficción en alta resolución; y (estando a 30, 50 o 100 metros de altura) tienen la capacidad de ver la hora en el reloj de mano de cualquier transeúnte. Así es el nivel de detalle de estas cámaras. Son el terror de la criminalidad, porque da igual si su moto va a 100 kilómetros por hora. La cámara del globo aerostático puede transmitir información en tiempo real de la ubicación del hampón, para hacer efectiva su persecución y captura en caliente.
Pueden leer las placas de los vehículos, determinar si son clonadas, si son vehículos robados, si tienen cuentas pendientes con la justicia, etc. Las hay con reconocimiento facial o marcadores biométricos, a las cuales se les da la información de los malhechores en búsqueda y captura, y envían alarmas a los cuerpos de seguridad con la ubicación en tiempo real de los criminales. Vamos, toda una herramienta que valdría la pena explorar para reducir y, posiblemente, acabar con el hampa en Cartagena de un día para otro.
En las noches funcionan con la misma eficacia que durante el día, ya que poseen lentes de visión nocturna y sistemas que les permiten conectar con la red eléctrica local, pero también constan de un sistema de baterías que les permiten una autonomía en el aire de 10 días. Los días de lluvia tampoco son un impedimento para su funcionamiento al 100%, y no son afectadas por días soleados o nublados.
La implementación de las cámaras de seguridad instaladas en postes de alumbrado público, en esquinas y diferentes sitios a nivel de tierra, requieren una serie de componentes, porque todo el cableado, su instalación y su cercanía al peatón (que las hace más vulnerables al vandalismo) son temas que requieren un tiempo para su puesta en funcionamiento. Tener una cobertura del 100% en la ciudad sería lo ideal; y es posible, pero ante una granujería desbordada, como está sucediendo actualmente en Cartagena, el tema es de extrema urgencia. No hay tiempo que perder. Por eso, los globos aerostáticos se presentan como una opción de más rápida implementación, bajo costo y resultados inmediatos.
Estos sistemas llevan años siendo usados en diferentes países, para proteger fronteras o barrios. La policía de Israel las usa. El gobierno de los Estados Unidos también. En Chile y Argentina con muy buenos resultados, por solo mencionar varios ejemplos.
En Chile, por ejemplo, el mismo presidente Sebastián Piñera, en su momento, elogió el uso de globos aerostáticos de vigilancia por los evidentes resultados en la reducción del crimen.
Ya en Cartagena, solo con leer noticias, todo el tiempo, están hablando de los benditos cuadrantes de la policía y que los motorizados no hacen presencia; o que cuando pasan por determinado sector, resulta de una facilidad extrema para los bandidos identificar la posición de los uniformados, y así cometer sus ilícitos. Porque el facineroso sabe la ubicación de los agentes por estos llevar uniformes, etc. Pero los criminales, por ir de civil, se mimetizan fácilmente entre la población. Para estos temas de logística los globos tienen la solución, porque pueden estar en el aire vigilando una extensa área 24-7, no hacen siesta, no necesitan ir almorzar, no van al baño, no se resfrían, no reciben coimas, no tiene familiares ni se van de fiesta los fines de semana por la noche.
Sabemos también que en Cartagena andan en circulación muchos antisociales, quienes tienen centenares de entradas a la cárcel; y, además, están en búsqueda y captura, pero gozan de libre circulación en la ciudad, pues las cámaras de estos globos aerostáticos están provistas de reconocimiento de marcadores biométricos, que permiten ubicar a los forajidos e ir por ellos, una vez que están en las calles. Esto les va a reducir su capacidad de movilidad al máximo, si no desean ser capturados y puestos a buen recaudo. Largarse de Cartagena les será más seguro.
Los accesos de la ciudad también estarán blindados por los lectores de placas, control y conteo de tráfico y lector de marcadores biométricos, incluso, a gente que esté dentro de vehículos. A un automotor que haya sido hurtado le será imposible salir de la ciudad. De igual manera, a un vehículo que haya sido robado en otra ciudad le será imposible acceder a Cartagena sin ser detectado, para cometer algún acto criminal, porque será identificado en tiempo real, antes de llegar, inclusive, al peaje de entrada.
Todas son ventajas. Sicarios y atracadores de todo pelambre tendrán que exiliarse de Cartagena, a menos de una semana de haber sido instalado este sistema. Esta pudiera ser una solución a muy corto plazo y de muy bajo costo —como he venido recalcando— que le sería de gran apoyo a la policía y llevaría la delincuencia a niveles cercanos a cero, en unos momentos en que la desesperación de los ciudadanos, turistas y comerciantes está llegando a límites insoportables.
Como siempre, allí está mi email, al pie de página, para quienes quieran escribirme sus opiniones acerca del tema. Con mucho gusto les responderé.
¡Un abrazo!
Álvaro Royo Bárcenas
Xiamen-China
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