Nota: El grupo significativo de ciudadanos “Los Tres Golpes”, que recauda firmas para avalar la candidatura a la Alcaldía de William García Tirado, comisionó a Pastor Alonso Jaramillo para responder una columna de Ambrosio Fernández, publicada en Zevista Zetta el pasado 23 de febrero, titulada “Bonos de alimentación, una mala propuesta de control social”.
Por Pastor Alonso Jaramillo (Especial para Revista Zetta).- (Cartagena de Indias, 27 de febrero de 2023).- He leído con mucho cuidado, varias veces, la columna publicada en Revista Zetta el pasado 23 de febrero donde el columnista Ambrosio Fernández llama a los bonos de alimentación propuestos por William García Tirado, precandidato a la Alcaldía de Cartagena por el Grupo Significativo de Ciudadanos, Los Tres Golpes, “una mala propuesta de control social”, comparándolos con la política de los CLAP implementada en Venezuela y donde, además, afirma que no hay un consenso entre los economistas sobre su efectividad.
(( Ver columna de Ambrosio Fernández: https://revistazetta.com/?p=49047 ))
Reitero que la leí varias veces, para intentar entender cuáles son las bases de todas las afirmaciones que formula, ya que un escrutinio detallado señala que las conclusiones que saca son, con todo respeto lo digo, infundadas o lugares comunes. Por ello me tomo la tarea de desmontar cada una de ellas:
Primera: que es una propuesta populista. No es populista; es una propuesta política concreta y de probada efectividad. Los programas como los bonos para alimentación se encuentran dentro de lo que se conoce en economía como las transferencias directas que pueden ser condicionadas o incondicionadas y que buscan atacar los estragos combinados del hambre y la pobreza extrema, dando en el clavo. En la encuesta Pulso Social publicada en diciembre de 2022 por el DANE se evidencia que solo el 36.9% de los hogares en Cartagena acceden a 3 comidas diarias durante los 7 días de la semana y ese problema no se resuelve decretando el 1 de enero de 2024 que todos los jefes de hogar o madres cabeza de hogar de la ciudad tendrán un empleo público o privado y ¡listo! con eso ya tienen ingresos para poder llevar comida a sus casas 3 veces al día durante toda la semana. Así no funcionan las cosas, estimado Ambrosio, y es por eso que desde hace algún tiempo han venido implementándose políticas de transferencias directas en especie o en dinero que como lo indican estudios de la CEPAL, el BID, y el Banco Mundial son efectivas combatiendo los escasos ingresos para cubrir necesidades básicas como la alimentación. Los estudios de BM concluyen, por ejemplo, que, si no existieran este tipo de políticas, en Latinoamérica, la incidencia de la pobreza sería muchísimo más dañina y a las personas de menores ingresos se les dificultaría mucho más salir de la miseria. A eso se suma que las transferencias directas pueden incrementar los ingresos de esas familias más necesitadas en un 20 o 30% como mínimo, rápidamente, a diferencia de otro tipo de políticas sociales. Debo recordarte, respetado Ambrosio, que en Cartagena muchos hogares no alcanzan a tener ingresos de si quiera 386 mil pesos al mes, con lo que un ingreso adicional de hasta 200 mil pesos, que puede llegar a ser más según lo que William García Tirado y el equipo económico han analizado, representaría por lo menos 40 o 50% de ingresos adicionales que no hay forma de que lleguen a las esas familias a través de un decreto que les dé trabajo a todos desde enero del año próximo, o de otra forma.
Segunda afirmación: la comparación con las CLAP. No es comparable lo que pasa en Venezuela con esto. La razón por la que en Venezuela las personas beneficiarias de esas transferencias siguen en la pobreza es porque allá se erosionaron las bases que hacen funcionar la economía y William García Tirado no tiene ni de lejos pensado eso; al contrario, algo que acompaña su propuesta es la explotación de todo el potencial de desarrollo de una economía urbana capitalista progresista con fuerte acento en la industria, lo que permitiría la formalización laboral de los cientos de miles de personas en edad de trabajar que en la ciudad no tienen posibilidades de desarrollar su vida a través de un empleo con ingresos dignos. Usas, Ambrosio, el mal ejemplo de Venezuela, omitiendo la efectividad de Bolsa Do Familia en Brasil, de Renta Básica Bogotá o de los programas similares que se usan en ciudades de países desarrollados que han demostrado éxito y han sido estudiados ampliamente por Edward Glaeser, una autoridad en Harvard en materia de economía urbana, a lo que agregas la corrupción y el despilfarro de recursos, asuntos estos que la propuesta de William García Tirado deja esterilizados ya que se implementaría usando las bases de datos del SISBEN IV, tal como se emplean en la actualidad por los programas de transferencias directas que tiene el Gobierno Nacional. En William García Tirado y en el Grupo Significativo de Ciudadanos, Los Tres Golpes, hay claridad de que una política social que acabe con la pobreza implica acceso rápido al costeo de necesidades básicas como la alimentación, además de la provisión de vivienda digna y empleo, y, esos son los verdaderos Tres Golpes que sacarían a la mayoría de los cartageneros de la marginalidad económica.
Tercera afirmación: no hay consenso entre los economistas acerca de su efectividad. La verdad no sé a cuáles economistas se refiere ya que lo que hay hoy día es evidencia amplia, dura e incontrovertible de que las transferencias directas si atacan de frente los efectos combinados de la falta de alimentación y la pobreza como la que viven la mayoría de los cartageneros y ayudan a acortar las brechas sociales. Organizaciones como el BID, la CEPAL y el Banco Mundial, solo por citar unas cuantas, porque casi todas sacan las mismas conclusiones, afirman la efectividad de estas políticas en esos sentidos. A eso hay que agregar que economistas de todas las orillas también afirman lo mismo y puedes consultar a Edward Glaeser, Esther Duflo y su esposo que son Premios Nobel de Economía de 2019, Partha Dasgupta, y un largo etcétera que no menciono porque la lista es kilométrica.
Ñapa: nos parece formidable que en Ingecol entreguen kits escolares, pero eso es una pequeñísima parte de la solución del problema de movilidad social que no puede basarse solo en educación ya que ese es un lugar común defenestrado por la evidencia, al igual que la idea de que hay que dejar actuar al mercado y eso soluciona todo. La experiencia histórica muestra que no es así, estimado Ambrosio, ya que la generación de riqueza y trabajo, como antídotos al subdesarrollo, vincula muchas acciones estatales de diverso tipo, donde cuentan la diversificación y preconización de ciertos sectores como la industria, la logística y los servicios asociados a ella, junto con la inversión privada, y a eso le apuesta William García Tirado y el Grupo Significativo de Ciudadanos, Los Tres Golpes, pero hay que empezar por acabar con el hambre que no permite que cientos de miles de cartageneros puedan desarrollarse debidamente y tener una vida decente.