Por Ambrosio Fernández (Especial para Revista Zetta).- Cartagena de Indias, 26 de marzo de 2023.- La noticia política de lo que va corrido del año en Cartagena estuvo a cargo de la Corte Suprema de Justicia. A través de un fallo, la Corte revocó la sentencia de 12 años y cinco meses que le había sido impuesta a Judith Pinedo por la venta de una parte de una playa a una cadena hotelera. La decisión tomada por el alto tribunal también cobija a la exsecretaria de Hacienda Vivian Eljaiek, que había sido condenada junto a Pinedo por los mismos hechos.
El hecho de que Judith y Vivian ya gocen en estos momentos de libertad, ha sido celebrado en Cartagena, así como también por diferentes figuras de la política, la academia o empresarios a nivel nacional. A lo que se han unido medios de comunicación del país, algunos de los cuáles han publicado editoriales o artículos resaltando la importancia de esta decisión y señalando la inocencia de la exalcaldesa.
Seguramente, en los albores de la contienda electoral, se seguirán escribiendo o diciendo muchas cosas acerca del caso de la Mariamulata. El fallo servirá incluso de estudio para abogados o constitucionalistas, pero lo que también deja de presente la decisión, es la mala imagen que se tiene sobre el ejercicio de lo público en Colombia y en Cartagena.
Tanto este país, como esta ciudad, necesitan de hombres y mujeres preparados para dirigir sus destinos. Personas con estudios y con experiencias, desde lo gerencial y desde lo social, para tratar de enfrentar las graves problemáticas por las que atravesamos. No dudo que tanto el sector privado, como en la academia, existan hoy grandes perfiles, de esos que se dice que tienen la nación en la cabeza y aunque tienen amor por su territorio y les duele lo que sucede, el solo pensar en dar un salto a lo público, les asusta.
Gran parte de la situación que atravesó Judith se debe, entre otras, a que su llegada a la Alcaldía en 2008 significó la ruptura que tenían algunos grupos políticos tradicionales de Cartagena con el poder y eso le acarreó grandes enemigos, que prácticamente terminaron enviándola a la cárcel.
La política y la democracia son, entre otras cosas, escenarios que han creado los hombres para dirimir sus diferencias y enfrentar sus argumentos sin necesidad de acudir a las armas o condenar a sus opositores al destierro o el descrédito. Sin embargo, en Colombia y en Cartagena nos hemos acostumbrado a creer que quién piensa diferente es enemigo.
La aprobación ciudadana debe ganarse con buenos argumentos, pero en especial con buenas gestiones, con obras y ejecutorias; no amañando estrategias jurídicas para sacar del camino a los opositores.
Basta ya de odios y de venganzas en la política. Basta ya de personas que buscan perpetuarse en el poder.