Análisis de Revista Zetta.- Cartagena de Indias, 29 de octubre de 2023.- No por estrepitosa, la derrota electoral de William Dau fue sorpresiva. Dado su desastroso gobierno y su absoluta torpeza política, era de esperarse que saliera a sombrerazos de la Alcaldía de Cartagena.
Perdió por todos lados.
Dumek Turbay es el nuevo alcalde, ese mismo al que se ha cansado de perseguir y denunciar… ese mismo al que, por esa ceguera obsesiva de odio, terminó colocando en el centro de la discusión y convirtiéndose en su «jefe de debate» con cada calumnia, cada ataque rastrero.
Su candidata Judith Pinedo tuvo un desempeño de tercera. Ni pegó ni despegó, hizo una campaña lánguida, descafeinada, y hasta un novato como Javier Julio la sobrepasó en votación… y quedó de tercera.
Tanto que se burló de Javier Julio, tanto que le dijo «muérdete el codo», y ahora el que se muerde el codo es William Dau al verle de nuevo en el Concejo.
Su criatura electorera llamada «Fuera malandrines» fue un remedo de organización, un desastre en las urnas, un hazmerreir… como su progenitor, con una votación paupérrima en su pretensión de llegar al Concejo.
Sus funcionarios andan buscando dónde «caer parados», en un gabinete en estampida.
Perdió Dau, pero más ha perdido Cartagena en estos cuatro años de peleadera, mediocridad, corrupción y minimalismo.
Por eso el mensaje de Dumek Turbay caló tanto, porque habló de salir de la oscuridad, de recuperar el brillo, de pensar en grande… todo lo contrario del decadente alcalde Dau.
La gente, en las urnas, a gritos le dijo: ¡fuera, malandrín!