Por John Zamora (Director de Revista Zetta).- Cartagena de Indias, 22 de diciembre de 2024.- El gabinete del gobernador electo Yamil Arana en su mayoría ha mostrado mujeres jóvenes con interesante hoja de vida, lo que le da un perfil renovador y dinámico, lo que evidencia el deseo de conformar un equipo de alto nivel y que entregue resultados.
Por ejemplo, un acierto traer a Icultur a una mujer que se la jugó toda por el Festival de Cine de Cartagena por 16 años, como Lina Rodríguez. En la lista están Juliana Solano Char, secretaria general; Silvana Puello, gerente de Desarrollo Social; Ángela López, gerente de Proyectos Estratégicos; Roxana López, gerente de Competitividad, y Nohora Merdado Caruso, en TIC, todas ellas con un “cheque en blanco” para que lo llenen de logros para el Bolívar Mejor.
En esos primeros anuncios el único “bemol” fue el desconcertante trino de Angélica Villalba, secretaria de Desarrollo Económico, quejándose porque a alguien se le ocurrió felicitarla a las 5.15 a.m., lo que no pasa de ser anecdótico y dejarle una buena moraleja a la novel funcionaria para que se “aconducte”.
En cuanto a los caballeros, no sorprendió la cuota al Pacto Histórico con Líner Campo como secretario de La Igualdad, y Juan Carlos Fernández, como secretario de Salud. Hasta ahí todo dentro del nivel que se esperaba del nuevo gobernador.
Pero lo que partió todos los cristales fue el “peñón” de traer a Javier Doria como secretario del Interior. Un verdadero “palo”, una sorpresa.
En los 23 años de Revista Zetta, con los periódicos análisis que presentamos sobre la coyuntura política, primera vez que estamos frente a un caso al que no le encontramos explicación. ¿Qué motivaría al gobernador Arana a sacar del sombrero a este conejo mágico?
Examinemos su perfil político y profesional a ver si le encontramos una línea lógica:
Lo más reciente es que Doria aspiró a la Alcaldía de Cartagena, no llegó ni a 2 mil votos, abdicó para respaldar a Judith Pinedo y se dedicó a lanzar furibundos ataques a Dumek Turbay, con un discurso anti-clase política y referencias alérgicas a Yamil Arana, por quien no votó.
De suerte que no se atisba una línea política que lo conecte al nuevo gobernante, y que explique porqué se le entrega tan importante secretaría a alguien que quedó en moribundo estado político fruto de su temeridad electorera.
Ese elemento en la primera fila del gobierno departamental no deja de ser una piedra en el zapato de las -hasta ahora- armónicas relaciones entre Arana y el alcalde Dumek Turbay, víctima de la feroz persecución de Doria.
En política la cortesía es una noción muy subjetiva, no necesariamente recíproca, pero es un hecho que el alcalde Dumek incluyó en la composición de su gabinete a Camila Salas, hermana de Angélica Salas, esposa del gobernador electo Yamil Arana.
En lo profesional, habría que ver si el prestigio legal de Doria quedó en “capitis deminutio” por sus repetidos reveses en la campaña anti-Dumek, máxime siendo especialista en Derecho Electoral, o si solo fue una percepción que en nada afectó la solicitud de sus servicios.
Si bien alcalde y gobernador son autónomos y cada cual tiene su propia dinámica política, la llegada de Doria al gabinete de Arana tendrá que tener una explicación, alguna explicación, una mínima explicación, algún pilar que lo sostenga y nos saque del asombro.
A título de teoría, podríamos tejer la siguiente: Doria tuvo un “apagón” electoral, y sus nuevas responsabilidades departamentales lo retornarán a la lucidez que le distinguió antes, y el gobernador Arana envía un mensaje de apertura para señalar que en el Bolívar Mejor las puertas están abiertas para quien quiera trabajar. Y el alcalde Dumek puede estar tranquilo, pues el abogado deberá canalizar toda su ferocidad para enfrentar los retos del cargo, y dejarse de andar persiguiéndolo en estrados. ¿Convence o no convence esta teoría?